
QUIMERA CINECLUB

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Mayo 28 de 2015
Bárbara, película trabajada desde el género dramático en el 2012 y dirigida por Christian Petzold. Comienza en 1980 con una doctora alemana del este de Berlín que, después de un delito no especificado, se ha desterrado recientemente para una población cerca al mar Báltico, aun así es constantemente vigilada.
Una atmosfera creada no solamente por la muy atrayente fotografía en busca de describir los personajes desde una cotidianidad bien trabajada y los largos momentos en silencio que relata implícitamente desde la intimidad de los mismos sino también conceptos trabajados desde la
Es cuestión de público
BRAHIAM ACEVEDO

emoción envuelven esta cinta, pero sólo con un avanzado desarrollo de ésta, pues en un principio más que la emoción es la curiosidad lo que mantiene al espectador allí.
El factor emoción no se explota desde el inicio del largometraje por la misma razón que expide el papel representado por Nina Hoss, que aunque lleva al espectador, no da pie pronto para que éste se identifique con el personaje, pues para el público estructurado que ha venido moldeando la industria, este tipo de caracterizaciones lo sacan de su idilio, es decir rebota contra la “naturaleza” de las películas con las que ha sido seducido, en tanto que el papel de Bárbara como el ritmo con que se narra no cautiva por lo menos a las generaciones jóvenes, por la misma velocidad con la que está idealizada su cotidianidad.
La construcción que se le da al final es de cierta manera una apología a la resignación o por decirlo así, reconfiguración del sentido, en tanto que si observamos que Bárbara intentaba abandonar el marco que la oprimía con un yugo de índole tanto ideológico como físico, finalmente notamos la adaptación que ésta sufre a ese. Este tipo de elementos ya se habían trabajado en el cine europeo, como por ejemplo Trainspotting (1996) en tanto que su protagonista Mark Renton finalmente se acoge al sistema y replantea toda la idiosincrasia cultivada durante todo el filme.
Sin lugar a dudas, merece su reconocimiento, no por nada Christian Petzold ganó Oso de Plata al Mejor Director en el Festival de Cine Internacional de Berlín en 2012, por esta película, es cuestión de público, y en este caso la obra está dirigida a una población un poco mayor.