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En esta ocasión Puerta al Mal intenta resinificar esta dificultad en realidad muy frecuente. Me atrevo a decir que el desarrollo de su guion como tal logra la atmósfera que cautiva al espectador, logrando escapar de cierta manera de lo anteriormente mencionado.

 

Aunque con la tradición cinematográfica de películas de terror sobre adolescentes en circunstancias similares se nos han permeado ya la recepción, con puerta al mal no sucede esto, puesto que se trabajan los índices de manera muy sutil, guardando como tal su sorpresivo final.

 

Aun así deja vacíos desde el guion, en tanto que no deja mucha claridad sobre el final, puesto que se sugiere una manipulación de la asesina, por parte del personaje al parecer más inocente, aun así tampoco se da el motivo por el cual este personaje comete aquellas acciones.

 

Es necesario destacar el papel de la cámara en el producto, pues se logra un adecuado aprovechamiento de planos, manejando desde allí aspectos bien cargados de una semiótica implícita que se deja apreciar con más claridad al devolver la cinta.

Puerta al mal es una producción que aunque su sinopsis, cartel y nombre predisponen al espectador a ver lo mismo que tantas películas de terror, logra sorprender con su desarrollo.