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Este film, trabajo de Anne Weil y Philippe Kotlarski, tiene lineamientos fieles a lo que es la nueva ola del cine francés, que exalta la cotidianidad y se toma su ambiente para llevarlo a la pantalla, y como se dice comúnmente en el lenguaje cinematográfico la “cámara escribe”, este marco de cine francés desde luego enfrenta opiniones de muchas formas ya que el ambiente comercial está acostumbrado a darnos historias fantasiosas y excitantes, llevando a muchos críticos a desconocer y desacreditar la magia de la cotidianidad.

 

Los directores en este caso retoman ese lenguaje para enmarcar conceptos homogéneos en la cultura occidental, la libertad, la juventud y el amor frente a una estructura social que va en contra de ideas nuevas y llamativas.

 

Opinaría entonces que se hace un buen intento de ensamblar esas ideas juveniles en un contexto totalmente en contra social y políticamente, aunque el intento se ve frustrado por momentos cuando las herramientas para trabajar completamente la historia se desarrollan muy poco, bien sea por protagonistas secundarios o saltos de tiempo, que tienen que darse obligadamente para mantener intacta la verdadera idea conceptual de los directores.

 

Considero que Les interdits es una buena apuesta para el público que admira la cotidianidad bien trabajada con un estilo más libre al momento de hacer cine.